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Descubre la importancia de la microbiota en tu salud y porqué las bacterias son tus viejas amigas.

Microbiota, el órgano olvidado.

Tratemos de explorar qué partes de nuestra salud pueden verse afectadas si nuestra población de microorganismos está desequilibrada.


La microbiota, el órgano descuidado

Las bacterias forman parte de nosotros. No sólo viven en nuestro cuerpo, sino que forman una unidad con nosotros.

Esta unidad se llama holobionte.

Tal es su importancia en nuestra fisiología, que la deberíamos considerar un órgano más (1)(2)(3).

La salud de este órgano es vital para mantener una salud integral acorde a la evolución.

Nuestra sociedad moderna y la microbiota

En el pleistoceno nuestro contacto con otras especies era distinto.

Durante cientos de miles de años abríamos y despellejábamos a nuestra presa. La transportábamos encima nuestro para llevarla a la tribu.

Estábamos en contacto directo con sus bacterias.

Luego estas bacterias se las pasábamos al resto de miembros de la tribu a través del contacto físico (herencia horizontal) (4).

Nunca nacíamos por cesárea (5) y siempre nos daban el pecho (6). Algo vital para la microbiota durante los primeros años de nuestra vida (herencia vertical) (7).

Nuestro hogar era la naturaleza. ¡Con todas sus bacterias incluidas!

Esta relación ha cambiado (8).

Hoy esterilizamos todo. Limpiamos con lejía nuestros hogares y pasteurizamos los alimentos. Añadimos pesticidas a la fruta y verdura. Nos lavamos las manos constantemente. Nos duchamos todos los días con productos desinfectantes, etc.

Tal vez nos pasamos un poco (9).

Ya no hacemos vida en la naturaleza. No estamos en contacto con sus microorganismos.

Esta manera de vivir altera enormemente nuestra población bacteriana (10).

Microbiota, forma de vida
El lugar y la forma de vida modifican la microbiota.  Imagen by U.S. NIH's National Library of Medicine


Además tomamos antibióticos y otros medicamentos que dañan nuestro equilibrio bacteriano (11)(12). Producen disbiosis.

Nuestra forma de vida altera la diversidad bacteriana, algo que favorece la aparición de enfermedades características de las sociedades modernas (13).

Microbiota, nuestros viejos amigos y la hipótesis de la higiene actualizada

En el año 1989, David Strachan (14) a través de un artículo estableció la denominada hipótesis de la higiene. En ella se defiende la postura de que a más higiene, menos enfermedades infecciosas pero más enfermedades de otro tipo, como las autoinmunes (15)(16).

Esta hipótesis ha madurado, ha evolucionado y ha cambiado (17)(18). No sería la higiene de per se, sino una desinfección excesiva (de nosotros y nuestro entorno) que daña a todos los microorganismos y por tanto a la microbiota (19).

La “hipótesis de la higiene ha madurado, evolucionado y cambiado. Ya no se trata tanto de “no lavarse las manos” sino de no matar a nuestras bacterias.

Los vacíos de la hipótesis de la higiene, son por tanto cumplimentados con la importancia de la microbiota, en lo que se denomina la “hipótesis de los viejos amigos” (20).

Microbiota, Sistema Inmunitario y enfermedades inflamatorias crónicas

Una mala microbiota puede favorecer los problemas autoinmunes y la inflamación (21).

Si recopilamos una pequeña lista de enfermedades crónicas comunes, vemos que tienen algún vínculo con la inflamación.

  • Muchos cánceres (22)(23)(24)
  • Artritis reumatoide (25)(26)(27)
  • Psoriasis (28)(29)(30)
  • Asma (31)(32)(33)
  • Crohn y colitis ulcerosa. Enfermedad inflamatoria intestinal. (34)(35)(36)
  • Artiris psoriasica (37)(38)(39)
  • Hipotiroidismo Hashimoto (40)(41)
  • Lupus (42)(43)(44)

Si buscas información acerca del beneficio de tener una buena microbiota en diferentes enfermedades, encontrarás datos interesantes.

Por ejemplo, se ha reportado que una buena microbiota favorece a los linfocitos Treg, unas células reguladoras del Sistema Inmunitario encargadas de la tolerancia al propio organismo evitando la inflamación (45)(46)(47).

Esto convierte a nuestras viejas amigas las bacterias en aliadas para luchar contra muchas enfermedades autoinmunes o que tienen su origen en una inflamación crónica (48).

De hecho, nadie duda de la importancia de la microbiota intestinal para tener un buen Sistema Inmunitario (49)(50)(51) y se ha sugerido en numerosas ocasiones que los probióticos son interesantes para luchar contra las enfermedades autoinmunes (52), aunque cabe decir que otros dicen que no de forma genérica (53).

Tener una microbiota sana puede ser un gran aliado para muchas enfermedades autoinmunes.

Por ejemplo una microbiota equilibrada podría reducir los efectos de EAE (esclerosis múltiple experimental) ya que tendría un profundo impacto en las citocinas pro y antiinflamatorias (54)(55).

Microbiota y enfermedades neurodegenerativas

El estado de la flora intestinal repercute en el estado del Sistema Nervioso Central (56)(57)(58).

En la esclerosis múltiple la microbiota también podría incidir en la agresividad de las células del Sistema Inmunitario contra las neuronas (59).

De hecho se han reportado numerosos trabajos reportando disbiosis en esta enfermedad desmielinizante (60)(61)(62), por lo que parece buena idea trabajar la microbiota, incluso con helmintos (63)(64) (gusanos), aunque sobre estos últimos se recomienda prudencia (65)(66) y realizar más estudios.

También se considera que tiene un papel muy importante en la enfermedad de Alzheimer, ya que pacientes de esta enfermedad tienen la microbiota alterada (67) con lo que se recomienda tener en cuenta los probióticos para trabajarla (68).

La forma de vida, la alimentación, los antibióticos alteran la microbiota y son factores que pueden incidir en la enfermedad de Alzheimer (69).

Microbiota y los huesos

El estado de la flora intestinal afecta a la masa ósea. Si quieres tener unos huesos fuertes, cuida tus bacterias. Algo a que deberías tener en cuenta si sufres de osteoporosis (70).

Una microbiota saludable podría aumentar la absorción de calcio (71)(72).

Microbiota y estrés

El aumento del estrés es una característica de las sociedades modernas y la disbiosis ayuda a padecer este trastorno.

Se sabe que en el eje intestino-cerebro (gut-brain axis) nuestras bacterias intestinales tienen un papel clave para regular el estrés (73)(74).

Hay que tener presente que la relación con la microbiota es bidireccional. En estados de estrés segregamos diferentes hormonas que acaban afectando la microbiota (75).

El estrés crónico daña a tus bacterias (76) produciendo enfermedades (77).

Es por tanto muy buena praxis practicar técnicas de relajación para mantener una microbiota saludable (78)(79).

De hecho se ha reportado que nuestro eje intestino-cerebro podría estar relacionado también en problemas cognitivos (80)(81)(82), estado de ánimo (83), depresión (84) entre otros (85).

Microbiota y los ritmos biológicos

Es vital respetar nuestros ritmos biológicos para mantener una salud óptima.

Si duermes mal, tu microbiota se verá afectada (86) algo que vuelve a mostrar la bidireccionalidad, ya que un desequilibrio en tus bacterias podrá producir problemas del sueño (87)(88).

Es muy importante aprender cómo dormir bien.

De hecho no respetar los ritmos circadianos altera tu microbiota (89)(90). Debes mantener unos ritmos biológicos regulares.

Y para mantenerlos regulares nos ayudará una microbiota saludable ya que podría incidir en nuestro reloj biológico (91). ¡Otra vez se observa bidireccionalidad!

Se ha reportado que la microbiota está muy ligada a estos ritmos biológicos (92)(93) y que mantener esta regularidad podría beneficiar a las bacterias.

Microbiota y los bebés ¿Se hereda la microbiota?

La microbiota debe considerarse un órgano más. Al menos tiene la importancia de una pieza autónoma de nuestra anatomía.

Por lo visto nuestra genética influye en el conjunto de bacterias que pueblan nuestro intestino, que es muy similar entre gemelos (94).

La microbiota evoluciona desde que somos bebés hasta que nos hacemos adultos (95).

El bebé adopta las bacterias que colonizan la vagina de la madre durante el parto natural. Este aporte de bacterias, es una herencia de la madre y tal vez por este motivo la naturaleza modifica la microbiota vaginal durante el embarazo (96).

Desgraciadamente los bebés que nacen por cesárea, no se benefician de este importante aporte bacteriano de su madre (97), algo que perjudica a su sistema inmunitario durante los primeros años de vida (98).

Consumir leche materna ayuda a que se desarrolle una microbiota intestinal en los lactantes (99)(100), algo que les beneficiará enormemente en el momento del destete (101).

Como es de esperar, el parto natural y la lactancia es la mejor manera para que el bebé adquiera una microbiota saludable (102)(103). La naturaleza no se equivoca. De hecho, la población de bacterias de los bebés tienen mucha similitud con la de su madre (104).

Si naciste por cesárea o no te dieron el pecho, la microbiota debería ser un aspecto importante a trabajar para recuperar tu salud.

En definitiva

El estado de la microbiota influye en cualquier aspecto de nuestra fisiología que podamos imaginar, pero además el estado general de nuestra salud, afecta a la microbiota.

Es una relación bidireccional.

Si no estás sano, tus bacterias tampoco. Si tus bacterias no están sanas, tu no lo estarás.

Debes considerarlas un órgano más y cuidarlo.

Aprende a cuidar de tus bacterias y cuidarás de ti.

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Por Paleolíticofeliz.

 

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